Andrés Castellano tuvo la oportunidad de conocer al sumo pontífice al viajar a Roma para participar de la Jornada Mundial de Jóvenes que convoca a miles de personas

De hacer delivery a tomar un helado con el Papa Francisco, algo casi impensado para Andrés Castellano , un joven de San Pedro quien hace algunos años comenzó a dedicarse al rap cristiano. Este género está siendo muy aceptado tanto en la provincia como en distintas partes del país, como en Buenos Aires, donde vive actualmente. Lo hace junto a un grupo de jóvenes de Misiones que corre tras el mismo anhelo: vivir de la música. En dicha provincia realizó varios conciertos, rapea en los trenes y  evangeliza en colegios.

Hace pocos días vivió una experiencia única, repleta de magia y sorpresas, la que consideró “un milagro”. Se trata de un viaje a Europa para cumplir uno de sus sueños que era participar en la Jornada Mundial de Jóvenes que cada cuatro años organiza la iglesia católica.

Todo comenzó tres semanas antes de la jornada mundial de jóvenes, que este año se realizó en Lisboa, Portugal del 1 al 6 de agosto, cuando decidió -luego de la sugerencia de su sacerdote y guía espiritual-, realizar un concierto con el objetivo de recaudar fondos. El concierto fue programado de manera presencial y vía streming, ampliando así la posibilidad a que personas de distintas partes del mundo puedan asistirlo y con ello, mejorar la recaudación.

Esta actividad y propósito de la recaudación de fondos fue viralizada en las redes sociales y de alguna manera fue reproducida ante el papa Francisco. Así fue que el sueño comenzó a encaminarse. En esta etapa, Andrés contó con la colaboración de su compañero Brian Retamoso, artísticamente conocido como ‘El Legendario’, oriundo de Aristóbulo del Valle, quien tenía la intención de usar parte de los fondos para viajar a Misiones ya que su madre estaba por dar a luz a su primera hermana.

Por lo que, se puede decir, que el papa Francisco le cambió los planes. En medio de todas las corridas fueron contactados por un sacerdote del Vaticano. “Era un sueño casi imposible, yo puse en manos de Dios ese deseo de mi corazón de ir a la Jornada Mundial de Jóvenes. Recibimos el mensaje por medio de un sacerdote de que el Papa vio lo que estábamos haciendo para viajar y que se conmovió con nuestra historia, quería que vayamos y estaba dispuesto a ayudarnos”, contó Andrés en diálogo con El Territorio.

“Como algo increíble nos dieron la noticia de que el Papa gestionó los vuelos, no sólo para mí sino también para Brian, para que pudiéramos viajar, que el 29 de julio salíamos de Ezeiza, pero que teníamos el vuelo pagó además desde Lisboa a Roma. El Papa decía que si veníamos a Lisboa no podíamos no ir a conocer Roma”, contó Andrés.

“Estábamos re felices, era un milagro de que el Papa nos haya conocido a través de un video y que nos haya pagado el vuelo. Igual realizamos el concierto, ya que necesitábamos cubrir otros costos, apenas terminó el concierto, salimos al aeropuerto y comenzó la gran aventura”, dijo Andrés, quien logró por medio de una monja amiga, hospedaje en Lisboa, donde fueron recibidos por las hermanas  de la Congregación Paulina y formaron parte de los 2 millones de jóvenes presentes en la Jornada Mundial de Jóvenes.

Sobre esa experiencia, Andrés, comentó: “Fue muy linda, como artistas fue la posibilidad de conocer a mucha gente, de dar a conocer nuestro trabajo”.

Una vez que culminó el encuentro partieron hacia Braga, desde allí viajaron hasta Valencía, donde vive una prima del sampedrino y estuvieron dos días. Participaron en un retiro de música que se realizó en Cantabria, al norte de España. Luego regresaron a Portugal para tomar el vuelo hacía Roma, sin pensar que el Papa les reservaba una gran sorpresa.

“Llegamos a las 0.30 a Roma, el primer colectivo funcionaba a las 8.30, así que amanecimos despiertos. Desde el aeropuerto fuimos a la casa de las hermanas Paulina, una vez en Roma nos contactaron para que fuéramos a la ciudad del Vaticano a las 17 a encontrarnos con el sacerdote que se había comunicado con nosotros en la plaza”, relató.

Luego del recorrido por El Vaticano, el sacerdote los invitó a pasar a una sala donde los dejó solos por un momento con la palabra de que ya regresaba. Ellos ya estaban algo ansiosos, habían pasado quince minutos cuando para su sorpresa el que ingresó fue el mismísimo papa Francisco. “Si bien estaba esa idea vagamente de que por ahí le veíamos al Papa, sabemos que para una audiencia hay todo un protocolo, pero cuando lo vimos entrar no logré contener la emoción, llegó con toda su humildad, con una sonrisa y nos sorprendió”, detalló sobre ese íntimo encuentro.

Y agregó más detalles de ese encuentro que duró una hora y media. “Le agradecimos por haber hecho posible nuestro viaje a la JMJ. Él estaba muy feliz, nos preguntó sobre nuestra vida, nuestra familia, le contamos nuestro proyecto y los desafíos para evangelizar con el rap, nos dijo que no sabía que se podía evangelizar de esa manera, nos alentó mucho”, cerró.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Territorio