Recientes descubrimientos han cambiado la perspectiva de los científicos sobre la naturaleza de los perros, sobre todo en lo que concierne a la comprensión de las palabras que el ser humano emite y a la comunicación con su tutor.

Pareciera ser que los perros entienden el habla humana de manera semejante al ser humano. Un estudio mostró que los perros entienden la comunicación verbal como nosotros: analizan el tono y el significado como aspectos separados del habla humana. Cuando los seres humanos escuchamos a alguien hablar, nuestros cerebros dividen el procesamiento de esa comunicación verbal en dos partes: una parte va al hemisferio izquierdo y la otra del proceso, al derecho.

El hemisferio derecho se concentra en analizar el tono subyacente de quien emite la palabra. Casi en paralelo, el hemisferio izquierdo procesa el significado de lo que nos han dicho. Esto tiene que ver con el accionar de núcleos cerebrales (acúmulos de cuerpos celulares especializados) que en este caso constituyen el núcleo de Wernicke.

Los investigadores habían descubierto, ya hace bastante tiempo, que el cerebro de los perros reparte la tarea de procesar el habla de la misma forma que el cerebro humano, entre sus hemisferios izquierdo y derecho, sin tener en claro el orden en el que esto sucedía.

Qué dicen los últimos estudios

En una reciente investigación, los especialistas descubrieron que los perros entienden el tono primero, y luego el significado, en el mismo orden que los humanos.

Cuando los perros escuchaban palabras de elogio como “buen perro”, “así se hace” y “muy bien”, así como palabras contradictorias en su significado o desconocidas como “basta” o “canguro” en tonos de elogio o neutral, se demostró que procesaron primero los componentes más simples y con carga emocional, el tono, y luego los componentes más complejos, el significado y si conocían o no esa palabra o expresión.

Se detectó además que los perros identifican claramente cuando se les está alabando, es decir, al momento en que las palabras de felicitación y el tono coinciden. No producen el mismo efecto las palabras banales dichas en tono alentador o las palabras significativas pero enunciadas en tono neutro sin énfasis. Parecería que el cerebro del perro registra qué decimos y cómo lo decimos y de alguna forma lo asocia.

Estos estudios ofrecen una nueva y revolucionaria forma mediante la cual las personas podrían comunicarse mejor con sus mejores amigos: eligiendo con cuidado la oreja a la que le vayamos a hablar.

 

Si el mensaje es emocional utilizar su oreja izquierda. Si lo que queremos comunicar son órdenes o instrucciones que el perro tenga que entender claras y precisas, utilizar su oreja derecha. Los perros prestan atención tanto a las palabras como a la entonación.

 

Es recomendable hablarles habitualmente en un tono normal o más bien bajo. Porque cuando no cumplan una orden, podremos utilizar un registro de voz más potente o grave y quizás así lograr la respuesta deseada. Se sostiene que la capacidad mental de procesar palabras que muchos creían era propia del ser humano, en realidad se ve en otras especies, entre ellas la canina y que lo que hace única a la comunicación humana es la invención de las palabras.

El perro aprenderá el significado de las palabras porque siempre están seguidas de una consecuencia, que puede ser positiva o negativa y eso hace que lo entienda como un halago, una relación hacia un objeto o como una corrección a su conducta. Es gracias a ello que pueden entender las palabras, porque siempre hay una acción después de una palabra del humano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: Infobae