El doctor Cesar Benmaor era hasta hace poco el único especialista en urología infantil de Misiones, recientemente se incorporó otro especialista. El galeno contó a Misiones Online Tv, cuales son las patologías que podrían aparecer en la población pediátrica y de qué forma se tratan. Aclaró que el 99% de las cirugías necesarias para corregir malformaciones, se realizan en la provincia.

La urología pediátrica es una especialidad médica que se ocupa del diagnóstico y tratamiento de malformaciones congénitas en el sistema urinario de los niños.

El Dr. Benmaor dijo que la urología pediátrica es la segunda rama de la pediatría con mayor cantidad de malformaciones congénitas. «Muchos niños nacen con malformaciones de la vía urinaria, pero gracias a la tecnología y al diagnóstico prenatal, se pueden realizar muchos diagnósticos de alteraciones antes del nacimiento», afirmó el especialista.

El diagnóstico prenatal de alteraciones en la vía urinaria se ha vuelto más accesible gracias a las ecografías realizadas durante el seguimiento obstétrico. El Dr. Benmaor destacó que estas ecografías permiten visualizar con facilidad cualquier dilatación en el riñón, alteraciones en el uréter o problemas en la vejiga. «Todo lo que es líquido, como la orina, se ve claramente en estas ecografías, lo que facilita la detección temprana de malformaciones», explicó.

El especialista enfatizó en la importancia de la ecocardiografía fetal en el diagnóstico de problemas congénitos del corazón y sugirió que, de manera similar, las ecografías durante el embarazo también pueden identificar problemas urológicos.

Con respecto a cuándo llevar al niño al urólogo pediátrico, el Dr. Benmaor destaca que, en algunos casos, se realizan consultas previas al nacimiento, especialmente cuando se sospechan malformaciones a través de las ecografías obstétricas. Sin embargo, muchas veces los pacientes son derivados por pediatras después del nacimiento para iniciar el seguimiento con el especialista.

En cuanto a los tratamientos quirúrgicos, el Dr. Benmaor aclaró que, en la actualidad, las cirugías en la vía urinaria que se realizan en la panza son poco frecuentes en el país. «Existen uno o dos centros en Argentina que tratan ciertos casos particulares en una etapa específica del embarazo, pero no es algo común», aseguró el especialista.

Por otra parte, enfatizó que, si bien las cirugías en la vía urinaria durante el embarazo son extremadamente infrecuentes, su diagnóstico prenatal ha demostrado ser un avance significativo en la medicina. «El diagnóstico prenatal es una herramienta vital, al igual que en las cardiopatías congénitas. Nos permite tratar de forma temprana y, en ciertos casos, incluso salvar la vida del niño», expresó el especialista.

A diferencia de las cardiopatías, donde el niño puede necesitar una intervención inmediata al nacer, las malformaciones urinarias generalmente no representan un riesgo vital inmediato.

Sin embargo, su detección temprana es fundamental, ya que, en ausencia de síntomas, estas condiciones podrían pasar desapercibidas y afectar el desarrollo del riñón o la función renal.

«A veces, cuando los niños son asintomáticos, podemos tratarlos alrededor de los cinco años, pero en ese tiempo, el riñón puede haber sufrido daños irreparables», dijo el Dr. Benmaor. «Por lo tanto, tan pronto como nacen, ya podemos tomar la conducta médica adecuada».

Síntomas

En los recién nacidos, las infecciones urinarias son motivo de preocupación debido a su gravedad, ya que los niños tienen un sistema inmunológico menos desarrollado y estas infecciones pueden propagarse rápidamente. «Si tenemos el diagnóstico prenatal, podemos iniciar el tratamiento oportuno para evitar complicaciones graves», agregó el especialista.

El Dr. Benmaor subrayó que las malformaciones urológicas pueden manifestarse desde el nacimiento o aparecer a los tres o cinco años de edad, independientemente del momento del diagnóstico. Los síntomas más frecuentes que alertan a los padres y pediatras son la disuria (dolor o ardor al orinar) y el dolor abdominal inespecífico. Ante estos indicios, el pediatra lleva a cabo los estudios complementarios y el examen físico para determinar el origen del problema.

En este sentido, el trabajo colaborativo entre los pediatras y los urólogos pediátricos es esencial para un certero diagnóstico y un tratamiento adecuado. El Dr. Benmaor destacó que, en muchas ocasiones, los pacientes son derivados a la consulta del especialista con un diagnóstico probable, lo que permite agilizar el proceso de atención y brindar soluciones más rápidas y efectivas.

Causas

El Dr. Benmaor dijo que existen diversas causas de malformaciones en la vía urinaria, y una de las más comunes es el reflujo vésico-ureteral. Este trastorno ocurre cuando la orina en la vejiga no fluye correctamente hacia afuera y, en cambio, regresa hacia los riñones.

«El reflujo vésico-ureteral puede predisponer a infecciones urinarias, incluyendo la pielonefritis, que es una infección del riñón. Esta condición puede tener graves consecuencias, ya que las infecciones reiteradas pueden dañar irreversiblemente el riñón y llevar al paciente a necesitar diálisis desde una edad tempranas», sostuvo el especialista.

La pielonefritis, o infección renal, suele causar daño renal progresivo a medida que las infecciones van empeorando el órgano. «Es importante destacar que la pielonefritis casi siempre termina con algún grado de daño en el riñón afectado. Por lo tanto, es fundamental detectar y tratar las malformaciones de la vía urinaria de manera oportuna para evitar complicaciones futuras», enfatizó el Dr. Benmaor.

Dentro de las malformaciones de la vía urinaria, una de las más frecuentes es la duplicación de la misma. Esto implica la presencia de más de un uréter que sale del riñón hacia la vejiga, conocido como «doble sistema». Además, existen diversas variedades de esta duplicación, algunas parciales y otras totales. Estas malformaciones pueden presentar síntomas y manifestaciones diversas, lo que requiere un estudio detallado para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado, explicó el médico.

«Es importante mencionar que algunas malformaciones pueden presentarse de forma asintomática, es decir, sin causar problemas evidentes. Sin embargo, también pueden llevar a complicaciones, como infecciones urinarias o la obstrucción de la vía urinaria, lo que puede resultar en lesiones renales», manifestó el especialista.

En este sentido, destacó la relevancia de un abordaje integral y multidisciplinario en el tratamiento de estas malformaciones. La colaboración entre pediatras, urólogos pediátricos y otros especialistas es esencial para un diagnóstico temprano, un seguimiento adecuado y una intervención oportuna en caso de ser necesario.

El Dr. Benmaor explicó que las malformaciones de la vía urinaria pueden manifestarse de diferentes maneras, y su presencia no siempre causa síntomas. “Una persona puede vivir toda su vida con un solo riñón sin experimentar problemas significativos, o incluso tener un doble sistema bilateral sin presentar síntomas”, señaló el especialista. No obstante, en muchos casos, las malformaciones con ureteres duplicados pueden dar lugar a desembocaduras anormales, lo que puede generar síntomas y complicaciones.

El tratamiento de estas malformaciones ha evolucionado considerablemente en los últimos tiempos. Benmaor destacó que, en la actualidad, muchos casos de reflujo vésico-ureteral se pueden abordar mediante técnicas endoscópicas.

«Con instrumental de apenas dos milímetros de diámetro, podemos tratar el reflujo vesicoureteral a través de la uretra, sin necesidad de realizar incisiones en la piel ni en la vejiga. Estos procedimientos son menos invasivos y permiten una recuperación más rápida para el paciente. En lugar de una semana o más de internación, ahora los pacientes pueden regresar a casa en cuestión de horas», destacó el especialista.

Asimismo, resaltó que la eficacia de estos tratamientos endoscópicos es similar o incluso superior a las técnicas más invasivas. Cada caso es evaluado individualmente, y el tratamiento se adapta a las necesidades específicas de cada paciente.

En cuanto a la disponibilidad de estas intervenciones, el especialista aseguró que «en la actualidad, el 99% de las cirugías urológicas pediátricas se realizan en centros médicos como el Hospital de Posadas, lo que demuestra el alto nivel de desarrollo y avances en el campo de la urología pediátrica en Argentina».

Sin embargo, resaltó que en algunas ocasiones, debido a cuestiones de infraestructura o la baja frecuencia de ciertas patologías, se opta por derivar a los pacientes a centros de mayor complejidad. Esta práctica también es común en otros países, donde se establecen áreas programáticas para atender casos específicos de forma más especializada.

Benmaor hizo hincapié en la importancia de contar con centros de referencia para ciertas patologías que son excepcionales y se presentan con baja frecuencia. «Si un paciente nace con una patología que ocurre una vez cada diez años, lo más probable es que deba ser tratado en un centro de referencia que tenga experiencia y experiencia en el manejo de casos poco frecuentes. En Argentina, instituciones como el Hospital Garrahan , el Hospital Italiano de Buenos Aires y el Hospital de Niños de Buenos Aires son algunos de los más referentes para estos casos”, explicó el especialista. Estos centros reciben pacientes de diferentes partes del país y cuentan con la experiencia necesaria para brindar la mejor atención posible.

Ambiguedad sexual

Además, el Dr. Benmaor abordó la discusión actual sobre los derechos de los pacientes que nacen con ambigüedad genital o sin un sexo determinado. En estos casos, es fundamental realizar estudios cromosómicos para determinar el sexo genético del paciente. Sin embargo, el especialista enfatizó que en la actualidad no se toman conductas irreversibles en la infancia o niñez debido a la comprensión del impacto que pueden tener en la vida futura del paciente.

«Hoy en día, no se toman decisiones definitivas en cuanto al género de estos pacientes en edades tempranas, porque hemos aprendido que las conductas definitivas tomadas en la infancia pueden generar conflictos y luchas por los derechos de los pacientes una vez que han crecido», afirmó el Dr. Benmaor.

«En el pasado, se realizaron cirugías irreversibles en estos casos, pero en muchos lugares del mundo, se ha dejado de hacer ese tipo de intervención y se busca un enfoque más respetuoso de la identidad de género del paciente, permitiendo que sean ellos mismos tomen decisiones sobre su cuerpo y su identidad en la edad adulta”, agregó.

 

El especialista subrayó que esta evolución en el manejo de pacientes con trastornos de diferenciación sexual es un reflejo del progreso en la comprensión y el conocimiento.

Este tema fue abordador en congresos mundiales de cirugía infantil. «En algunos lugares, aún se realizaron intervenciones quirúrgicas en estos casos, pero es un tema que no tiene un concepto claro o definitivo en la actualidad», expresó Benmaor. «Entiendo que puede ser difícil de explicar a los padres, ya que hoy en día, nace un paciente con estas características y no se puede asignar un nombre o sexo en el documento hasta que se realicen los estudios necesarios», agregó.

Sin embargo, el especialista resaltó que, a medida que la medicina avanza y se comprende mejor los aspectos médicos y psicológicos de estos casos, se ha logrado una mayor sensibilidad y respeto hacia la identidad de género de cada individuo. «Hoy en día, cuando nace un paciente con ambigüedad genital, se espera hasta que los estudios cromosómicos se completen antes de asignar un género, y se trabaja de manera respetuosa con la familia para entender y acompañar su proceso», explicó el Dr. Benmaor .

En el caso de pacientes que ya tienen edad para el discernimiento, es decir, preadolescentes o puberes, se toma en cuenta su definición de género y, con el aval de los padres, se pueden realizar intervenciones quirúrgicas si así lo desean. «En estas edades más avanzadas, es donde se toman decisiones respetando la autonomía del paciente y su identidad de género», enfatizó el especialista.

Si bien estas cirugías no se realizan en edades tempranas en el Hospital de alta complejidad de la provincia, el Dr. Benmaor aclaró que en otros centros médicos de Argentina sí se llevan a cabo bajo circunstancias específicas. La decisión de intervenir quirúrgicamente se toma con suma responsabilidad y siempre teniendo en cuenta el bienestar y los derechos del paciente. El profesional atiende en el Centro Pediátrico kindy, que desde el 7 de agosto, se muda a la calle Alfonso de Arrechea 1136.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente MOL