En las ultimas horas, una mujer realizó una denuncia publica ante reiterados casos de acoso laboral y sexual que recibió mientras trabajaba para el Juzgado de Paz de Alba Posse. Según manifestó, al menos dos veces sintió miedo y que estaba en peligro ante el Magistrado.

“Mi nombre es Antonella, yo fui contratada por el Poder Judicial en el 2019, trabajaba en el por la mañana, soy contadora, tengo mi oficina en Santa Rita en el municipio de Alba Posse. En el Poder Judicial tenía el cargo de escribiente, se me había autorizado a ejercer la profesión”, comenzó diciendo la denunciante.

De acuerdo a lo que manifestó la mujer de 29 años, en primer lugar, los abusos ocurrieron cuando ella se desempeñaba como agente escribiente en el Juzgado.

“Una vez que ingresé al poder, solamente estábamos el juez y yo, porque el secretario en ese momento estaba de licencia, ya que tenía una cirugía de rodilla. No pasaron muchos días de que yo había empezado a trabajar y ya comenzaron los comentarios fuera de lugar y yo me hacia la que no entendía, la que no escuchaba, todo con la intención de que en algún momento eso se iba a terminar, desde mi punto de vista yo pensaba que haciéndome la desentendida con el tiempo iban a parar ese tipo de acoso constante que yo sufría por parte de ese señor, para mí era traumante saber que iba a estar sola con él cuando el secretario no iba a estar, o iba a sacar licencia, o se iba de vacaciones, yo iba con miedo al trabajo”, dijo

En esa línea, también contó que hubo dos oportunidades en la el que juez quiso tocarla. “La primera vez que intentó tener contacto físico conmigo, yo estaba sentada en mi puesto de trabajo y él se me acerca por la espalada y me quiere acariciar; en ese momento yo me levanto y me corro hacia atrás, en lo que él me dice que yo no me asuste, que no pasaba nada. Pero, con qué necesidad de hacerlo, si yo soy su empleada, yo trabajo ahí, no tiene que venir a tocarme, y el vino a intentar a querer acariciarme la espalda, de ese día no me olvido más”.

“Yo ya venía traumada con lo que me venía diciendo con sus comentarios fuera de lugar, que incluso me da vergüenza nombrar o decir lo que esta persona me decía, porque es de no creer con el cargo que ocupa, que se dirija así a las mujeres o diga eso a una persona que esta prestando un servicio y que está trabajando ahí adentro”.

Luego, el segundo intento, fue en la cocina del Juzgado. Allí, según su relato, el Magistrado también se abalanzó sobre ella pero pudo lograr salir de la situación incómoda. No obstante, salió corriendo y al tiempo decidió renunciar a su puesto de trabajo.

“La segunda vez, yo estaba en la cocina del juzgado y él había recibido a un personal femenino de la comisaria, que vino a traer un expediente, cuando esa apersona se retira, el va a la cocina y me dice que esa mujer lo volvía loco y vino por encima e intentó manosearme y ese día yo salí corriendo, en ambas oportunidades me dijo que no pasaba nada, que era normal”

El acoso laboral y sexual habría sido constante hasta que decidió no presentarse más a trabajar. De este modo, la profesional decidió realizar la denuncia en la Fiscalía y contar su calvario públicamente ante los medios de comunicación.

“Con el tiempo, creo que se dio cuenta que conmigo las cosas no funcionaban de esa manera, y ahí fue donde me empieza a perseguir, es decir, me maltrataba en el trabajo, porque para mí es un maltrato, vos no podés estar gritándole a un empleado, creo yo que nadie se lo merece, en todo caso, se habla con la persona, pero gritar y levantar el tono de voz, queda muy fuera de lugar.

Intentó denunciarlo en aquel momento pero desde la Fiscalía de Instrucción 1 de Oberá le solicitaron que se presente con testigos.

“El día que yo me retiré, que yo abandoné mi puesto de trabajo, fue un día a la mañana, entrando al sexto mes de embarazo, yo estaba en mi lugar, él en su despacho, y me llama y yo tardé un poquito más de lo normal al llegar a la oficina, y cuando llego el comienza a gritar, pero con rabia, con bronca, me dijo que cuando el me llamaba yo tenia que ir, cuando yo te llamo vos tenés que venir. Ese fue el día que yo me levanté, dejé mi puesto de trabajo y me vengo a Oberá a erradicar la denuncia porque ya estaba cansada de ver como el maltrataba, no solo a mí, sino a otras personas que iban al juzgado a hacer algún trámite, no tenía modales para atender a las personas, siempre de mala manera, bruto, no sabía tratar”.

Como consecuencia de la denuncia que formalizó, han decidido trasladarlo a 40 kilómetros de su domicilio real, al Juzgado de Paz de Campo Ramón. Finalmente, el calvario paró pero debió renuncia a su trabajo.

En el momento de ir a Oberá, ya asesorada por un abogado a donde tenia que realizar la denuncia, comentó: “me voy a la Fiscalía N° 2, la fiscal que estaba ahí me dijo yo te tomaría la denuncia, pero no estoy de turno, está la Fiscalía N°1, te vas hasta allá, le explicas tu situación y que el te tome la denuncia. Al ir a la otra oficina, el fiscal me atiende, lo hace de buena manera, pero me dice que lo que yo le estaba contando, el no podía encuadrar en ningún tipo de delito, que él no lo veía como tal, y que ese tipo de caso no eran competencia de él, entonces lo que el me sugiere es que yo cuente lo que me pasó a inspección de justicia de paz, que son los superiores inmediatos al juez, que ellos me iban a solucionar el problema, cuando mandé exponiendo mi situación a inspección de justicia, ellos me reciben la nota, y en esa misma semana de presentada, ellos me trasladan al juzgado de Campo Ramón, que es un lugar que está a 40 Km de mi domicilio y yo embarazada de seis meses, tuve que trasladada”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente Misionesonline