Es la historia de Julián Björklund, docente de secundaria que hace seis años fue despedido expresamente por su relación sentimental con otro hombre y haber decidido notificar de su casamiento a las autoridades del Instituto Emanuel de Oberá.

En ese momento, el colegio le había expresado que él mismo era responsable de perder su trabajo por su relación homosexual que no se “correspondía con las reglas del instituto”.

Seis años después la justicia de Misiones le dio la razón a Julián -hoy director del Instituto Lineo- en un fallo que es histórico, no sólo para él, su lucha, su pareja Alejandro Cabrera, sino para toda la comunidad LGBTIQ+, harta de acciones discriminatorias en ámbitos laborales, sociales, incluso familiares.

En sus argumentos, la justicia entendió el daño moral y la discriminación que sufrió el docente, altamente calificado para ocupar el puesto, sin más razón que expulsarlo por una decisión que corresponde a su vida privada.

“Esto sienta un precedente fundamental para que la sexualidad de las personas no sea un motivo de despido laboral. El dinero no puede resarcir el daño espiritual que las faltas de respeto y la intolerancia causan en una persona, por eso pienso que ese dinero debe usarse para continuar con la lucha por la inclusión, la tolerancia y el respeto por las minorías”, expresó el docente.

La suma en concepto de  indemnización que cobrará Julián asciende al millón de pesos, que serán donados a la organización “Somos Diverses”. 

Por su parte, el Observatorio de Violencia Familiar y de Género de Misiones, que hace poco tiempo difundió el primer informe sobre la situación de la población trans, celebró el fallo como un logro que incentiva la lucha de la comunidad.

Los datos del informe muestran bajo nivel educativo, nula oportunidad laboral, discriminación en todos los ámbitos, baja expectativa de vida.

La Argentina avanzó en los últimos años en leyes de inclusión o de ampliación de derechos, como la de Identidad de Género, o el Matrimonio Igualitario. Sin embargo, los prejuicios en la sociedad siguen ahí, presentes en cada burla, en cada hecho de violencia. Todavía hay mucho que aprender.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente Economis