En los últimos tiempos, los alquileres mostraron significativos cambios debido a las modificaciones legislativas. Desde la implementación de la Ley de Alquileres en 2020, su posterior modificación en octubre último, hasta el reciente Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) del nuevo Gobierno que desreguló el sector se registró un cambio en la modalidad de alquiler y el crecimiento exponencial de los contratos temporarios
Tras la implementación de la Ley de Alquileres los propietarios mostraron rechazo a la normativa, reduciendo gradualmente el número de contratos tradicionales. Este rechazo impulsó un aumento en los alquileres temporarios, con propietarios buscando rendimientos más favorables. Como resultado, se produjo una sobreoferta en este segmento, en el caso de Posadas superando los 500 inmuebles disponibles.
Sin embargo, luego de la implementación del DNU, donde dicha ley quedó sin efecto, muchos propietarios comenzaron a retirar sus propiedades del mercado de alquiler temporario, principalmente porque sus unidades no competían adecuadamente en este segmento. Las propiedades temporarias, aunque ocupadas entre 10 y 11 meses al año, presentan un mayor riesgo de vacancia si no cumplen con los estándares necesarios.
Sumado a esto el atractivo de Argentina como destino turístico está disminuyendo debido a la actualización de los tipos de cambio y la inflación, además de la desaceleración del turismo interno provocada por la crisis económica actual.
Un dato a tener en cuenta es que, a nivel global, los alquileres temporarios son fuertemente cuestionados especialmente en los principales centros turísticos del mundo, debido a que a causa de los mismos la oferta de inmuebles presenta precios excesivos.
Pese a esto que ocurre en el mundo, en el caso de Misiones, se observa una coexistencia entre los alquileres temporarios y los tradicionales.
En parte, esto se debe a que actualmente, la rentabilidad de los alquileres tradicionales está alcanzando e incluso superando la de los temporarios, estos últimos implican costos adicionales como amoblamiento, equipamiento, mantenimiento y renovación constante, además de expensas, impuestos y servicios. Cabe señalar que ambos tipos de alquileres generan un rendimiento anual en dólares que oscila entre el 5% y el 7%, dependiendo de la unidad.
Mariela Amarilla, presidenta del Colegio de Corredores Públicos Inmobiliarios de Misiones (CCPIM), se refirió a esta situación: “Los alquileres turísticos no afecta a la provincia, es una oferta más que ponemos, y sobre todo lo que trabaja mucho es la inversión del turismo. De hecho, ya hay desarrolladores que piensan en torres directamente relacionadas al alquiler temporario como una opción de una unidad de negocio muy distinta al alquiler tradicional. También existen locaciones totalmente equipadas que se utilizan para alquiler tradicional, especialmente para estudiantes y profesionales que vienen a la provincia por cierto tiempo”,explicó.
Asimismo, destacó la flexibilidad actual en los contratos: “Hoy por hoy podés pactar contratos por dos meses, un mes, un año o dos años. Esa libertad también favorece la inversión en alquiler temporario”.
Por otro lado, Amarilla sostuvo que los precios de los alquileres temporarios no inciden en los contratos tradicionales: «No, obviamente el alquiler temporario no tiene nada que ver en relación con el precio del alquiler tradicional, ya que, al tener equipamiento y otros tipos de confort, está preparado para otra prestación. Pero, en definitiva, es una oferta más que el mercado inmobiliario ofrece”.
En Misiones, los alquileres temporarios y tradicionales conviven adecuadamente, permitiendo que ambas opciones estén disponibles para los interesados sin afectar cuestiones como el precio o la oferta.
MOL