Nuestra sociedad está agotada, nos encontramos cansados, agotados, pero es un cansancio que no cede con dormir solamente, o tomar vacaciones. Es un agotamiento emocional que se manifiesta en el plano físico.

“Es un estado psicofísico de ausencia de energía y desmotivación generalmente originado por una sobrecarga de esfuerzo psíquico”, afirman los expertos en salud mental.

Las personas que lo padecen sienten una disminución de su capacidad cognitiva, de su energía y recursos para hacer frente al día a día. De ahí que se manifieste en alteraciones del sueño, dificultades en las relaciones humanas (episodios de descontrol emocional, salidas de tono), olvidos, problemas para concentrarse y para procesar la información, que conduce a la desmotivación y desinterés por casi cualquier tema, así también como una baja autoestima vinculada a pensamientos y sentimientos descalificadores y negativos sobre uno mismo.

El agotamiento emocional -aseguran los psicólogos-, se vincula con situaciones de estrés, cambios importantes, conflictos sin resolver y acontecimientos abrumadores, que sobrepasan la capacidad de la persona para hacerles frente.

¿Te sentís identificado? La pandemia que sufrimos generó un aumento de este estrés emocional y si no podemos darnos cuenta de cómo afecta en nuestra vida, poco a poco iremos perdiendo la capacidad de disfrute.

Además de consultar con un médico especialista y hacernos un chequeo, lo que podemos hacer es comenzar a mirarnos y ver qué estamos pensando, qué pensamientos prevalecen en el día a día, hacer actividad física, tomar caminatas al sol, especialmente en esta época del año. Ponernos límites, pensar qué cosas queremos hacer y cuáles no. Dejar las obligaciones por el que dirán. Elegir con quién estar.

Conectar nuestro cuerpo con el disfrute, ya sea un masaje, una buena cena o algo que nos guste hacer. Es importante darnos cuenta si estamos con agotamiento emocional.

Todos los ejercicios de relajación, yoga, conciencia plena o meditación nos ayudarán a aquietar la mente, pero no es la solución, ya que tendremos que darnos cuenta qué fue lo que hizo que lleguemos a ese punto.

No todas las personas llegan ahí, es necesario ser muy exigentes con nosotros mismos, tener baja inteligencia emocional, tener trabajos de alto riesgo o estar cuidando a personas enfermas, son algunas causas que pueden llevarte a ese agotamiento emocional que no cede con el descanso.

Hoy podés mirar tu vida y ver si estás en esta situación, quizás hace tiempo te sentís agotado, darte cuenta te ayudará a pedir ayuda, salir de ese lugar y conectar con el disfrute de la vida.

Bendiciones.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente Primera Edicion